Caso realizado por Eva Vidal, veterinaria rehabilitadora de CRAR

El caso que compartimos este mes en el blog de CRAR – Centro de Rehabilitación Animal de Referencia, especialistas en fisioterapia veterinaria en Barcelona es el de Belty, perra hembra cruzada de 5 años que sufrió una luxación de tarso traumática.

La articulación del tarso se estabiliza gracias a una compleja red de pequeños ligamentos que unen sus diferentes huesos. La luxación y subluxación tarsocrurales normalmente son consecuencia de un traumatismo grave, como un accidente de tráfico, y suelen ir acompañadas de fractura maleolar, ruptura del ligamento colateral y lesión por cizallamiento o «Shearing injury». Los ligamentos mediales suelen ser los más afectados, a causa de que soportan más estrés a causa del ligero valgus postural de la articulación del tarso.

(Fossum, 2009; Tobias & Johnston, 2012)

Como consecuencia de un atropello Belty sufrió lesiones en la zona del tarso de la extremidad posterior izquierda:

  • Desgarro de la piel con visualización de tendones y hueso.
  • Abrasión del maleolo lateral.
  • Inestabilidad por pérdida del ligamento colateral.

En el Hospital Veterinario Molins procedieron a realizar cirugía reconstructora.

  • 4 tornillos del 2’7, 3 arandelas, sutura nylon del 1 y cerclaje del 0’7.
  • Fijadores externos transarticulares con 3 agujas.

Los fijadores externos se retiraron al cabo de2 meses, a pesar de que radiográficamente parecía todo correcto la evolución de Belty no fue buena. Presentaba mucha inflamación por una posible infección, hizo adherencias en el calcáneo con el tendón flexor digital, contractura del cuadriceps, isquios y gastroctemio debido a no apoyar nunca la extremidad…

Después de 3-4 meses en los que Belty continuaba con cojera sin apoyo y la herida siendo un foco de infección y dolor, sus cuidadores se llegaron a plantear la amputación de la extremidad afectada.

El servicio de fisioterapia del Hospital Veterinario Molins decidió referirnos el caso para complementar el trabajo que habían iniciado ellos.

Primera valoración funcional

  • Examen neurológico: normal
  • BCS: 5/9
  • Dinámica: cojera 6/6, rigidez lumbar al trote. Se levanta y se sienta de forma autónoma usando solo EPD.
  • Estática: faltacompleta de apoyo de la extremidad posterior izquierdo, hipertrofia de la extremidad posterior derecha y tercio anterior. Perimetria EPD 37cm y EPI 32cm. Engrosamiento cápsula articular del tarso izquierdo con limitación mecánica de la flexión. Limitación extensión cadera y rodilla extremidad izquierda con leve acortamiento de los músculos flexores. Presentaba mucha tensión en músculos adductores de la EPI. Trigger points en tríceps bilaterales.

Objetivos

  • Controlar dolor e inflamación.
  • Reeducaciónpostural y de la marcha.
  • Controlar cambios compensatorios: espalda, EPD, EAD.
  • Favorecer trofismo muscular.

Plan de rehabilitación

En el caso de Belty realizamos un total de 6 sesiones, a razón de 1 vez por semana, después pasamos a realizar sesiones cada 15 días.

Lasterapias de rehabilitación veterinaria que usamos fueron:

  • Radiofrecuencia INDIBA: trabajamos la musculatura de la extremidad para relajarla y darle más flexibilidad. De este modo, favorecimos un correcto y completo movimiento de la extremidad para que pudiera volver a apoyarla con la máxima normalidad posible.
  • Terapia manual: aprovechando la aplicación de la radiofrecuencia realizamos movilizaciones pasivas de las articulaciones de la extremidad afectada para mejorar el rango de movilidad. Así, también, activábamos el linfonodo poplíteo para ayudar a disminuir la inflamación del tarso.
  • Cinesiterapia activa con circuitos cavaletti.
  • Hidroterapiaen cinta subacuática.

Cómo es habitual en los casos que tratamos, instauramosrutinas de rehabilitación en casa, que tienen un papel muy importante en el tratamiento y la buena evolución de los pacientes.

Evolución

En el video puedes ver la evolución de Belty durante el tratamiento de fisioterapia postquirúrgica de su luxación de tarso.

  • Ha mejorado el tono muscular.
  • Control del dolor y de la inflamación del tarso.
  • Apoya la EPI en el 70% de las situaciones, solo la levanta un poco cuando corre.

La inmovilización de la articulación después de la cirugía favorece la regeneración y la formación de tejido fibroso. Se recomienda limitar la actividad a paseos con correa y rehabilitación física específica durante 6 semanas, después de retirar la férula y/o vendaje se tiene que volver gradualmente a la normalidad durante 6 semanas más.
Todavía se desconoce cuánto se tarda en cicatrizar un ligamento, puede necesitar hasta un año, y no acabar de recuperar del todo su capacidad de tensión.
Lo que sí se sabe es que una movilización pasiva y un apoyo parcial durante las primeras fases de la regeneración ligamentosa resulta en una regeneración más rápida y un mejor alineamiento anatómico de las fibras de colágeno.
(Fossum 2009, Levine & Millis 2014, Basas 2018, Olmstead, 1995).
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