Las manos son una herramienta diagnóstica y terapéutica y una de les terapias que ofrecemos en CRAR. La terapia manual nos sirve tanto para detectar cualquier alteración como para obtener información y tratar muchas patologías.
En CRAR usamos las manos para detectar contracturas, lesiones, cambios morfológicos, etc. Además, la sensación al flexionar o extender una articulación nos da información sobre qué puede estar pasando.
Por otro lado, con la terapia manual podemos tratar muchísimas patologías y, finalmente, enseñamos ejercicios concretos de masaje a los propietarios para que puedan hacerlos en casa.
¿Cuándo se aplica la terapia manual?
El masaje se define como la manipulación de los tejidos blandos con nuestras manos y nuestro cuerpo.
Históricamente, los masajes aparecen con la necesidad del ser humano de frotarse las zonas doloridas y las civilizaciones antiguas ya lo utilizaban para la relajación muscular y también para el tratamiento de determinadas patologías.
Generalmente, el masaje se utiliza como una técnica complementaria para:
- Aliviar el dolor.
- Tratamientos de la musculatura.
- Casos de reducción de movilidad.
- Terapia preventiva en medicina deportiva y mejora del rendimiento en animales de competición y de trabajo.
- Estimular la cicatrización.
- Tratar problemas ortopédicos.
- Mejora de enfermedades crónicas como la osteoartrosis.
- Liberar endorfinas y activar neuropéptidos.
Por otro lado, la terapia manual está contraindicada en caso de fiebre, shock, inflamación aguda, problemas de piel, enfermedades infecciosas o tumores.
¿Qué produce cada tipo de masaje?
Cada tipo de masaje produce un efecto diferente en el organismo. Por ejemplo:
- Stroking: reduce la respuesta al estrés porque disminuye la producción de hormona ACTH. Por lo tanto, es un masaje superficial que provoca un efecto relajante y prepara al paciente para la manipulación posterior.
- Effleurage (drenaje): es muy útil para el tratamiento de edemas distales ya que ayuda a aumentar la circulación sanguínea y linfática.
- Petrissage (amasamiento): es un tipo de masaje más profundo que se realiza con el animal relajado (tiene que ir precedido por los 2 anteriores). Se logra relajar la musculatura, estimular la circulación y ayudar a la eliminación del ácido láctico producido después del ejercicio (perros de competición y/o trabajo: evita las «agujetas»).
- Hacking/Clapping (percusión): mejora la circulación y relaja la musculatura. Por lo tanto, se recomienda su uso después de manipulaciones más profundas para relajar los músculos. Por otro lado, en animales con problemas respiratorios ayuda a liberar secreciones cuando se aplica sobre los pulmones.
- Masaje de fricción transversa o de Cyriax: su principal objetivo es recuperar la movilidad de la zona lesionada mediante la reducción de adherencias e incluso ayuda a la prevención para evitar que aparezcan gracias al efecto hiperémico sobre el tejido. Desde CRAR recomendamos aplicarlo en varias sesiones y en periodos de pocos minutos a la vez que se alterna con masajes más relajantes para calmar al paciente.
- Presión circular sobre los trigger points: ayuda a liberar áreas de tensión muy localizadas así como contracturas o nudos musculares.
- En animales jóvenes: induce un mayor desarrollo del córtex y subcórtex cerebral y, por lo tanto, mejora el desarrollo neural i el aprendizaje.
¿Qué efectos tiene la terapia manual?
Según el tipo de terapia manual que se aplica y la zona de aplicación, los masajes provocan cambios en varios sistemas del organismo.
Terapia manual y sistema linfático y circulatorio
Para que esta terapia manual tenga éxito, es imprescindible conocer la anatomía y la fisiología de ambos sistemas.
La tasa de flujo linfático está determinada por:
- La presión del líquido intersticial.
- La actividad de drenaje.
Según el sentido de la compresión de los tejidos y fluidos, los efectos son diferentes:
- Contra la superficie externa de los grandes vasos linfáticos: provoca un aumento de la presión del líquido intersticial y eso ayuda a desplazar el líquido cap al sistema linfático.
- De distal a proximal: desplazamos el líquido de las extremidades cap al centro del cuerpo.
A nivel circulatorio el proceso es similar y la presión ejercida con la terapia manual provoca un aumento de la presión de los tejidos, por lo tanto se crean gradientes entre el espacio intersticial y los vasos sanguíneos.
En resumen, la terapia manual tiene un efecto de limpieza sobre los tejidos ya que atrae nuevos nutrientes y reduce la cantidad de sustancias irritantes e inflamatorias. Eso se traduce en una reducción del dolor muscular después del ejercicio y en la prevención de dolores crónicos.
Por otro lado, el masaje también estimula los nervios autónomos, la cual cosa provoca cambios tanto en el sistema nervioso como en el circulatorio. Por lo tanto, en CRAR lo tenemos muy en cuenta cuando acuden a nuestro centro pacientes que presentan patologías en estos sistemas.
Efectos sobre la musculatura
Al estirar un músculo se estimula el huso y se produce un efecto de contracción refleja sobre él y una inhibición refleja sobre el músculo antagonista.
Así, la terapia manual puede actuar como estímulo externo que aumenta o disminuye el tono muscular.
M. Jacobs describió los efectos del masaje en el tratamiento del dolor y afirmó que la terapia manual puede ser útil para aliviar contracturas, que inducen a perpetuar el círculo vicioso de los espasmos musculares.
La aplicación regular de la terapia manual:
- Mejora el tono muscular (lo suaviza).
- Aumenta la plasticidad del tejido conectivo que hay entre fascículos.
- Mejora el movimiento entre las diferentes capas musculares.
- Estira cualquier tejido adherido o fibrótico existente en la zona.
- Combinada con estiramientos, también mejora la capacidad de extensión y la fuerza del tejido conectivo asociado.
¿Cómo afecta al dolor y a las sensaciones aferentes?
Según W. Ueda et al., la aplicación de un masaje suave posquirúrgico tiene un efecto analgésico debido a la estimulación de los receptores sensoriales y, por lo tanto, al aumento de las sensaciones aferentes (disminuye la nocicepción).
En un estudio hecho a pacientes humanos, Carreck demostró que la terapia manual aumentaba el umbral del dolor.
La estimulación nerviosa reduce la sensibilidad de los mecanorreceptores haciendo que se reduzca la sensación de dolor cuando se aplica un masaje sobre tejidos, vasos sanguíneos y/o linfáticos ya que también afecta a los nervios asociados.
Finalmente, el efecto de limpieza descrito anteriormente también actúa a nivel sensorial reduciendo el dolor crónico.
El tejido conectivo y la terapia manual
El colágeno es el principal componente del tejido conectivo que, por su estructura, es capaz de resistir la tensión axial. Se organiza en husos de fibras ligeramente arrugados y cada fibra está formada por cadenas de aminoácidos unidas entre sí por puentes de hidrógeno que aportan estabilidad a las fibrilas y ayudan en la formación del colágeno.
La orientación de las fibras de colágeno dependerá de las fuerzas a las cuales el tejido se ve sometido. Debido a la tensión constante, el tejido conectivo presenta un comportamiento que sigue la curva de tensión-deformación.
Cuando seleccionamos una técnica de masaje tenemos que pensar que al aplicar cargas:
- Rápidas: la elongación se produce por relajación. Además se incrementa la temperatura por la fricción de los tejidos.
- Suaves: la elongación se produce por deslizamiento (no permanente).
También se debe tener presente que aplicar cargas rápidas aumenta la rigidez de los tejidos y que los tejidos deshidratados se trabajan y se estiran peor.
El masaje posquirúrgico ayuda a movilizar los tejidos y a eliminar las adherencias mediante deslizamiento y aumento del intercambio de fluidos.
¿Conocías todos estos efectos de la terapia manual? Si tienes cualquier pregunta o quieres referirnos algún paciente, contacta con nosotros haciendo clic aquí.