Caso realizado por Eva Vidal López, veterinaria rehabilitadora de CRAR
Este mes en el blog de CRAR – Centro de Rehabilitación Animal de Referencia, especialistas en fisioterapia veterinaria en Barcelona queremos hablar de una patología que es todo un reto, la rinitis crónica felina.
A pesar de ser una patología frecuente, el manejo puede resultar frustrante tanto para el clínico como para la familia del paciente.
Por este motivo, queremos daros herramientas que os ayuden a obtener resultados identificables por los clientes. De esta forma, tendréis una mayor satisfacción y en consecuencia una mayor adherencia al tratamiento.
¿Qué es la rinitis crónica felina?
La rinitis crónica felina es una inflamación que afecta a la cavidad nasal de forma continua o intermitente durante más de 4 semanas. Cuando también están implicados los senos nasales, se denomina rinosinusitis.
Después de las neoplasias, la rinitis crónica es la segunda causa más común de secreción nasal crónica en gatos.
¿Qué causa la rinitis crónica felina?
La infección bacteriana primaria es poco frecuente, la etiología primaria suele ser vírica. El virus más frecuente es herpesvirus felino tipo 1 (FHV-1), las infecciones por retrovirus en gatos con CRS tienen una baja prevalencia, a diferencia de lo que se pensaba antes.
Estos virus dañan el epitelio de la mucosa y los huesos turbinados subyacentes, esto predispone a la colonización por bacterias de forma recurrente.
La rinitis alérgica es una causa frecuente de rinitis en personas, sin embargo, es un área poco estudiada en gatos y podría estar subestimada, particularmente en aquellos casos de gatos con CRS que presentan también asma o conjuntivitis.
¿Qué sintomatología vemos en gatos con rinitis crónica?
Los signos clínicos de rinitis crónica son:
- Secreción nasal recurrente
- Estornudos
- Estertores
- Letargia e inapetencia, dependiendo de la gravedad del caso.
Si queremos llegar a un diagnóstico, primero debemos descartar otras patologías que cursen con sintomatología similar. Además, será de utilidad identificar, mediante biopsia, infiltrado inflamatorio en la mucosa nasal.
Sin embargo, a veces nos encontramos con patologías que se presentan simultáneamente, como en el caso de Tom, que dificultan el diagnóstico y el tratamiento.
Tom era un gato europeo de 4 años de edad con historial de patología intestinal crónica (IBD), estabilizada con corticoterapia y dieta hipoalergénica, gingivoestomatitis crónica tratada con exodoncia completa, y rinitis crónica.
¿Cómo tratamos la rinitis crónica felina?
No existe una terapia definitiva, el objetivo del tratamiento es controlar los signos clínicos y prevenir la progresión de la enfermedad.
Los diferentes aspectos de la enfermedad se tratan utilizando terapia multimodal:
- Antibióticos
- Mejora del flujo de aire: flushing nasal, nebulización, mucolítico, descongestivos.
- Antivirales: interferón, Famciclovir, lysina
- Antihistamínicos
- Antiinflamatorios
- Cirugía
- Terapia láser
En el caso de Tom, su veterinario, Clínica Veterinaria Vetzoo, hizo tratamiento con antivirales (inicialmente lysina y después famciclovir), antibiótico (en función de resultados de cultivo y antibiograma), antiinflamatorios, nebulizaciones y lavados nasales mediante trepanación de senos nasales .
Debido a la pobre respuesta a los tratamientos convencionales se realizó terapia con células madre mesenquimales intravenosas, y se le recomendó complementar con terapia láser.
¿Para qué sirve la terapia láser?
Los distintos usos terapéuticos de la terapia láser son control del dolor, control de la inflamación y aceleración de la cicatrización.
La fotobioestimulación de las células da como resultado una cascada bioquímica que produce:
- Analgesia
- Reducción de la inflamación
- Curación acelerada de tejidos y reparación de heridas
- Angiogénesis
- Mayor actividad bioquímica celular
- Reducción en la formación de tejido fibroso
- Función nerviosa mejorada
- Estimulación de la immunorregulación
- Estimulación de los puntos de acupuntura
Además, algunos estudios indican que el uso de la terapia láser, en casos de existencia de infección bacteriana, ayuda a que las bacterias sean más sensibles al antibiótico.
Otras patologías, además de la rinitis crónica, donde el uso del láser puede beneficiar y complementar las terapias tradicionales son: gingivitis y estomatitis, otitis externa, eczema húmedo, granuloma por lamido y granuloma eosinofílico, enfermedad felina del tracto urinario inferior, cicatrización de heridas, y dolor postoperatorio.
¿Cómo realizamos el tratamiento con láser?
Cuando tratamos a pacientes en la zona de la cabeza, como en el caso de Tom, debemos ser muy estrictos con la protección de los ojos y utilizar las gafas protectoras que tanto favorecen a nuestros pacientes.
Sabemos que esto puede ser un reto para algunos animales, especialmente los gatos, sin embargo, con paciencia y manejo muy respetuoso y catfriendly, es posible.
Debemos realizar movimientos suaves e ir con mucho cuidado con la potencia del láser cuando tratamos áreas pequeñas, como es el caso de la rinitis en gatos, para no crear una acumulación térmica en los tejidos. Controlando bien esto, el tratamiento láser debe ser indoloro e incluso resultar agradable a los pacientes.
En el caso de Tom propusimos 3 sesiones semanales durante 2 semanas, ya que para que la terapia láser sea efectiva el tratamiento debe ser más intensivo al inicio, después las sesiones se van espaciando progresivamente hasta establecer un programa de mantenimiento útil.
Utilizamos un programa dental por encima de los belfos a ambos lados de la boca (3J/cm2) y en zona seno y cavidad nasal 8J/cm2 (64J totales).
A Tom, la terapia láser le ha ayudado mucho, le mantuvo más tiempo estable y espació el tiempo entre lavados nasales. A pesar de tener malos días, cuando las sesiones de láser las realizábamos con cierta constancia, Tom estaba más animado, presentaba menos dolor y en consecuencia comía mejor.
El manejo de la enfermedad es un reto constante, si no educamos a las familias y controlamos sus expectativas no conseguiremos un buen cumplimiento del tratamiento ni, mucho menos, un compromiso en la colaboración con el profesional veterinario que nos lleve al resultado deseado .
La terapia con láser es una técnica innovadora que forma parte de un protocolo de tratamiento multimodal, y aunque no existen estudios completos publicados, su uso es cada vez más extendido entre los profesionales veterinarios.